Capacidades de absorción, habilidades de las instituciones para asimilar conocimiento con fines comerciales

Fotografía: Dave Thomas

La Unidad de Desarrollo e Investigaciones de Bioprocesos del IPN posee una línea de servicios tecnológicos orientada a satisfacer necesidades de la industria biofarmacéutica


Se estima que para el 2020 el consumo de biofarmacéuticos a nivel mundial sea de alrededor del 46%, en contraste con el año 2000 donde su consumo era de 25%, según datos de Evaluete Group (2015), afirmó Ana Lilia Sánchez Regla, investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

La investigadora señaló que, debido a las situaciones demográficas, el trastorno del medio ambiente y otros factores que está viviendo el ser humano a nivel salud, se vuelve necesario incorporar mejoras a la calidad de vida a partir de las aplicaciones en biotecnología y medicina de la mano de la innovación.

En México existe escaso conocimiento entre la biofarmacéutica y las “capacidades de absorción” (CA), concepto que hace referencia a la habilidad que las instituciones públicas o privadas tienen para reconocer e integrar el valor del conocimiento nuevo y externo, asimilarlo y explotarlo con fines comerciales. A pesar de esto, persiste la idea que el conocimiento individual generado por una organización no puede extenderse y alcanzar mayores dimensiones de valor científico/tecnológico si no está interrelacionado con su entorno, expresó Sánchez Regla.

Para demostrar estas aseveraciones, la investigadora presentó el estudio sobre la Unidad de Desarrollo e Investigaciones de Bioprocesos (UDIBI), perteneciente a la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN. “La base de conocimiento científico sumamente firme y poderosa con que se fundó la unidad ha hecho que la UDIBI pueda desarrollar protocolos de alto estándar científico y técnico y, combinado con la visión comercial que tiene su directiva, se derivó una línea de servicios tecnológicos orientada a satisfacer necesidades de la industria biofarmacéutica”, señaló Sánchez Regla.

El conocimiento generado dentro de la unidad sirve para seguir la investigación y el desarrollo académico, pero también tiene una línea de servicios comercial, explico Sánchez Regla, y reiteró que la UDIBI cuenta con un capital humano altamente calificado en constante capacitación.

Otras de las características de la UDIBI son, su trabajo en la creación de redes inter-organizacionales, su directiva con alto perfil científico y una amplia visión comercial, su estructura interna que opera como una organización privada, su mínima dependencia del presupuesto del IPN para operar, y su relación con otras empresas del ramo biotecnológico.

La UDIBI “cuenta con un modelo que no ha sido explicitado pero que es parte del desarrollo, crecimiento y expansión, no solo al interior del IPN, sino en la industria de alta intensidad tecnológica a nivel nacional e internacional”, refirió la investigadora.

Está investigación se presentó en el seminario Estudios interdisciplinarios sobre la ciencia, la tecnología y la innovación, coordinado por Rebeca Gortari y Marcela Amaro, investigadoras del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y por Eduardo Robles, investigador del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la UNAM. El evento se llevó a cabo el 20 de noviembre de 2018 en el anexo del auditorio del IIS-UNAM.


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