El performance, arte que borra fronteras

Helena Martin Franco, Fritta se trompe encore?, 2018. Café Lili & Oli, Montréal. Fotografía: Retis

El arte latino-quebequense es un fenómeno transnacional que reflexiona sobre la experiencia migratoria


La práctica del performance en América Latina ha cuestionado los cánones estéticos de la modernidad desde los años sesenta. Los artistas apostaron hacia una relación más comprometida y consciente con el espectador basada en el campo de la acción y la participación social, explicó Tatiana Navallo, investigadora del Laboratorio Interdisciplinario de Estudios sobre América Latina de la Universidad de Quebec en Montreal (UAQM por sus siglas en francés).

En un intento por entender esta práctica más allá de las fronteras geopolíticas, Navallo y su equipo de investigación son parte del esfuerzo colectivo que sitúan al performance como un movimiento transcultural autónomo. El caso del arte “latino-canadiense” se apunta más a la movilidad de las narrativas artísticas entre Canadá y América Latina, aclaró la académica.

Los actores

Varios de los artistas latinos que ahora se sitúan en Canadá llegaron a este país por diferentes motivos que van desde razones políticas, personales, educación, o nacieron ahí, hijos de padres que solicitaron asilo durante los regímenes autoritarios en América Latina. A pesar de la distancia, los inmigrantes mantienen un fuerte vínculo con su país de origen, señaló la investigadora.

Las olas

Dentro de la primera generación de artistas que abrió el campo del arte latino-quebequense a principios de este siglo y consolidó su carrera simultáneamente entre Canadá y América Latina, se sitúan Costanza Camelo Suárez, Helena Martin Franco, Claudia Bernal, Giorgia Volpe, Livia Daza-Paris, Romeo Góngora, Christine Brault (y Luis Carlos Sotelo Castro).

Existe una segunda generación egresada de los programas de artes que imparten en la UAQM y la Universidad de Concordia. En este grupo podemos nombrar a Laura Acosta, Stanley Février, Ileana Hernández, Francisco Gonzales y Florencia Sosa Rey, Andrea de Keijzer, Camila Vásquez, entre otros, expresó Navallo.

Estos grupos crean un movimiento estético que produce una narrativa con sus propias áreas de conflicto, enfocándose en la autoconfiguración identitaria que surge de la doble experiencia de movilidad: la migración y la movilidad profesional en el país destino, señaló la investigadora.

Rompiendo fronteras

En una época marcada por el endurecimiento de las fronteras y el resurgimiento de las políticas neoconservadores, los artistas del performance se enfrentan a esta situación utilizando el “arte de transición” que se orienta en entender las similitudes más que detenerse en las particularidades de los nacionalismos, explicó la académica.

En este sentido, el arte latino-quebequense se sitúa como un fenómeno transcultural y transnacional que comparten temas, intereses y preguntas enfocados en la experiencia migratoria, utilizando el performance como una herramienta de búsqueda y reflexión sobre la acción social, concluyó Navallo.

Estas reflexiones se llevaron a cabo durante el seminario Seminario Permanente de Investigación sobre Migración México-Canadá-Estados Unidos, coordinado Sara María Lara Flores y Martha Judith Sánchez Gómez, investigadoras del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIS-UNAM). El evento se realizó el 13 de junio de 2019 en el Anexo del Auditorio del IIS-UNAM.


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