El capital social orienta las trayectorias migratorias de los centroamericanos

Fotografía: Peter Haden

El proyecto interinstitucional “INMINEX” está enfocado en el análisis de las maneras en que los migrantes acceden a las ciudades desde la perspectiva de integración de derechos humanos y la movilización de recursos urbanos. Busca comparar fenómenos de llegada de población migrante en varias ciudades como París, México, Milán y Turquía, expresó Laurent Faret, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

En el caso mexicano, sus objetivos analíticos son; identificar y caracterizar diferentes formas de presencia de poblaciones migrantes extranjeras en el Valle de México; documentar su experiencia urbana y sus procesos de incorporación; y documentar la manera en que la invisibilidad social y política de las poblaciones vulnerables imposibilitan su acceso a ciertos derechos, explicó el investigador.

A partir de entrevistas profundas, estadísticas censales, así como talleres grupales se ha podido identificar cuáles son las formas de emigrar, así como las variables económicas, de nacionalidad, escape de amenazas, violencia o criminalización que permiten explicar las diversas formas de inserción en la zona urbana, señaló Faret.

Por ejemplo, en la zona norte de Centroamérica la movilidad se origina por la violencia estructural, las características socioeconómicas y la educación precaria, pero en el caso de Venezuela, Cuba y Nicaragua, la migración se motiva por crisis económicas y por tendencias profesionales, ya que la mayoría de migrantes de estos países poseen niveles educativas medios-altos, comentó Abril Tinoco, académica de la Facultad de Antropología de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Los itinerarios migratorios de las personas provenientes de Centroamérica, están orientados por el su capital social, la información que poseen suele dirigir sus trayectorias. Sin embargo, cuando llegan a la ciudad la primera estrategia es acudir a los albergues que brindan apoyo, pero una vez que se inicia su instalación en la urbe viene el reto de tener la posibilidad de tener un trabajo fijo y acceder a recursos para gestionar la vida cotidiana, comentó la académica.

Esta presentación se llevó a cabo en el seminario permanente interinstitucional Movilidades en contextos migratorios, coordinado por Delphine Prunier y Martha Judith Sánchez, investigadoras del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, y por Hiroko Asakura, Magdalena Barros, Laurent Faret y Patricia Torres, investigadores del CIESAS.


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