Sentir, pensar y actuar en Intensamente 2: una mirada sociocultural

Fuente: @KAMILTIKSCALE

El 13 de junio de 2024 se estrenó en México la película de Pixar-Disney Intentasamente 2, que narra la historia de una niña estadounidense de 13 años y de sus emociones. Además de un pasatiempo, las películas son productos culturales que contribuyen a difundir ideas y creencias, reflejan una visión del mundo vinculada con el contexto cultural en el que son creadas. También, tienen la capacidad de llamar la atención sobre los temas que tratan, que, en este caso, son las emociones. Aprovechando la coyuntura del estreno de la película, voy a compartir algunas reflexiones desde la mirada sociocultural de las emociones que caracteriza mi trabajo de investigación.

La ciencia de las emociones detrás de la película

Aunque todos los animales (humanos y no humanos) sentimos emociones, las cuales han sido temas de reflexión y discusión desde los filósofos clásicos, la ciencia de las emociones es un campo de estudio interdisciplinario en continuo desarrollo, que ha avanzado mucho en las últimas décadas gracias a las investigaciones de diversas disciplinas. Si bien se puede pensar que la psicología o la neurociencia son las disciplinas que más estudian las emociones, el conocimiento sobre ellas se está construyendo también a partir de ciencias sociales como la sociología, la historia, la antropología, la filosofía, entre otras. Además, este conocimiento se aplica a sectores tan diferentes como el militar, la mercadotecnia, el político, el educativo, la comunicación, solo para aportar algunos ejemplos.

A pesar de todo eso, es interesante destacar que no existe una definición compartida de “emoción”. El diccionario de la Asociación Americana de Psicología (APA, por si sigla en inglés) la define como “una reacción compleja, que involucra elementos experienciales, conductuales y fisiológicos, mediante la cual un individuo intenta lidiar con un asunto o evento personalmente significativo” (fuente). Sin embargo, según la disciplina se atribuyen significados diferentes a palabras como emoción, sentimiento, afecto o pasión. Por ejemplo, en psicología y neurociencia se suele emplear la palabra emoción, para definir a las emociones que tienen un carácter universal (que los seres humanos sentimos y expresamos de manera parecida), mientras que se empela sentimiento para las emociones más complejas, que incluyen procesamientos cognitivos. Sin embargo, las investigaciones de estas disciplinas se han centrado principalmente en las primarias (las que conocemos en Intensamente 1), y en su dimensión fisiológica y expresiva. También hay que considerar que dentro de cada disciplina que estudia a las emociones, se han desarrollado corrientes que estudian las emociones con diferentes miradas. Las películas Intensamente, por ejemplo, son basadas en teorías psicológicas de la corriente neoevolucionista –de hecho, uno de los psicólogos agradecidos en los créditos finales de Intensamente 2 es Paul Ekman–, así llamada porque recupera la tradición darwinista en el estudio de las emociones. También se han desarrollado teorías que se centran en la dimensión cognitiva, algunas de las cuales afirman que el pensamiento es previo al sentir la emoción, y en los últimos veinte años se ha fortalecido la corriente de la psicología positiva, muy cercana a prácticas como el mindfulness y al coaching, que como muestran Cabanas e Illouz en su libro Happycracia está profundamente vinculada con la ideología neoliberal.

Una tercera corriente es la sociocultural, en la que han contribuido especialistas de diversas disciplinas, como la psicóloga Lisa Feldman Barrett o la socióloga Arlie Hochschild (video).

Lo que caracteriza el enfoque sociocultural es estudiar la construcción de las emociones por parte de las personas (Feldman Barrett en su libro La vida secreta del cerebro explica cómo los seres humanos creamos ‘casos de emoción’ a partir de nuestra experiencia); considerar a las personas como sujetos activos frente a sus emociones (Hochschild desarrolló en sociología la idea del ‘Yo sintiente’ y el concepto de ‘manejo emocional’ que en psicología se trabaja también como ‘regulación emocional’); y centrarse en el contexto sociocultural en el que los seres humanos construimos nuestras emociones, observando patrones de género, clase, edad, etnia, etc., que nos ayudan a comprender porqué construimos emociones diferentes en diferentes contextos.

Las películas Intensamente 1 y 2 reflejan una de las diferentes miradas que existen para comprender a las emociones y, además, tuvo que simplificar muchos aspectos para poder ofrecer un producto de entretenimiento. Una de los mayores desafíos de trabajar con las emociones es su gran complejidad, ya que podemos sentir muchas emociones al mismo tiempo, y los ‘casos de emoción’ que podemos construir son aún más numerosos y complejos. En este sentido, he leído en estos días que el director hubiera querido incluir más emociones en la segunda película, pero finalmente no lo hizo por no complicar la narración. También, se ha mencionado que el género de las emociones que aparecen en las películas ha sido objeto de discusión, ya que mientras algunos personajes tienen emociones de género tanto masculino como femenino, los papás de la protagonista solo lo tienen de su género (femenino la mamá, y masculino el papá).

Todo lo anterior, sirve de introducción a las reflexiones sobre la película Intensamente 2 que se expondrán a continuación. Las ideas que se comparten no tienen el objetivo de criticar la película, sino, más bien, aprovechar la coyuntura para hablar de emociones y reflexionar sobre esta dimensión a menudo trivializada, menospreciada y olvidada de nuestro ser humanos. Aviso también a las personas lectoras que a continuación habrá spoiler de la película, por lo mismo, decidan ustedes seguir leyendo o dejarlo para otro momento.

Reflexiones a partir de la película

Una de las imágenes y mensajes que, en mi parecer, hemos apreciado muchas personas que vimos Intensamente 2 es el abrazo entre todas las emociones (hacia el final de la historia), mostrando que todas juegan un papel importante en nuestra experiencia. Si en la primera película uno de los mensajes más destacados era la importancia de Tristeza para el bienestar de Riley (la protagonista) –el cual podría esconder una crítica a la psicología positiva–, en esta segunda película la inclusión de más emociones fortalece el mensaje de la importancia de todas las emociones que podemos llegar a sentir.

Además, nuevamente se muestra a Alegría reconociendo su error de desterrar los recuerdos negativos en la construcción del sentido de identidad de la protagonista.

La introducción del sentido de identidad es muy interesante porque muestra como este se construye a partir de las emociones, sin embargo, llama la atención que presentan un sistema de creencias, sin mencionar a los valores, que hubieran podido ayudar a explicar algunas decisiones de la protagonista a lo largo de la película. Sin embargo, hablar de valores es tan complejo como hablar de emociones, por lo que es comprensible que no los hayan incluido en la película.

Fuente: @la_duende_del_arbol

El papel de Alegría como lideresa de las emociones hace pensar en el papel de una terapeuta que ayuda a una persona a convivir con sus emociones. Este rol es evidente cuando Alegría invita a Ansiedad a tomarse un descanso, después de haber generado un ataque de ansiedad en la protagonista. La escena en la que Alegría invita a Ansiedad a sentarse en un sillón representa un manejo emocional, que en la realidad lo lleva a cabo la persona y no otra emoción, por eso parece que Alegría juega el papel de terapeuta. Espero además que esta escena no sirva de pretexto para difundir aún más a los ansiolíticos como sustancias psicoactivas para reducir la ansiedad. Si bien, experimentar la ansiedad de manera intensa puede generar problemas de salud mental, en condiciones normales, como se ve en la película, la ansiedad puede motivar a mejorarse (como cuando la protagonista entrena por la mañana). Aun así, es presentada en la mayor parte de la película como la villana del cuento.

El personaje de Ansiedad representa mucho más que la ansiedad, ya que es la emoción que en la historia intenta quitar el liderazgo de Alegría, quien se preocupa por el bienestar de la protagonista, hasta el punto de intentar suprimir a las emociones primarias cuando las envía a la Bóveda. Además, a causa de Ansiedad la protagonista renuncia a sus valores para seguir un sueño, el cual es difícil no identificarlo como un reflejo del sueño americano. En más de una ocasión, aparece en el sentido de identidad de la niña la idea de “ser una ganadora”, y Ansiedad actúa a lo largo de la película para evitar que Riley se convierta en una “perdedora” que, en el caso específico, significa ser una joven impopular y sin amigas en la escuela secundaria. En este sentido, hay una imagen que me llamó la atención, cuando la protagonista mira a sus mejores amigas y decide ser parte de otro grupo, movida por Ansiedad, la cual la conduce a dejar de portarse como una “buena persona” para poder ganar popularidad. Sinceramente, no creo que la emoción de la ansiedad actué en la realidad en contra de los valores y, además, en la película no existe la empatía, que hubiera podido ayudar a la protagonista a tomar una decisión, y tampoco la culpa, que podemos imaginar haya sentido al traicionar a sus amigas. En la relación con sus mejores amigas, además, brillan por su ausencia las emociones que Riley siente hacia ellas. Al incluir el amor, por ejemplo, se hubiera podido enriquecer la narrativa de las relaciones sociales de la protagonista, pero también se pudo mostrar la pasión que la liga al deporte que practica. La falta de muchas emociones que podrían haber ayudado a entender mejor la experiencia de Riley llevó a los creadores de la película a atribuir a otras emociones, en particular a Ansiedad y Desagrado, unos papeles que no tienen a que ver con estas emociones.

Fuente: @fer_apincel

Ansiedad se observa también controlando la imaginación y acudiendo a una lluvia de ideas, lo que representa la relación entre la dimensión emocional y la cognitiva. Sin embargo, desde la perspectiva de las películas son las emociones las que determinan la conducta de las personas.

Esta idea es representada por la consola situada en el cuartel general de las emociones, a través de la cual las emociones controlan a Riley.

Las escenas en las que se observa a Riley actuar dependiendo de la emoción que controla la consola son seguramente una simplificación narrativa, sin embargo, contribuyen a difundir la idea de un sujeto pasivo frente a sus emociones. Aunque la protagonista solo es una niña de 13 años, edad en la que no es común esperar madurez emocional, la película la muestra como un títere de sus emociones, brillando por su ausencia el papel de los adultos en la educación emocional y la comprensión de lo que ella siente.

Algo que hubiera podido ayudar a mostrar a la protagonista como un ‘Yo sintiente’, habría sido hacer platicar Riley con sus emociones, o mostrar cómo los adultos pueden enseñar a los más jóvenes a conocerlas y convivir con ellas.

A manera de conclusión

Cualquier pretexto para hablar de emociones es importante porque es un tema que en muchas culturas aún es atribuido a la esfera individual, de la psique, y se asocia con la irracionalidad.

Sin embargo, es igualmente importante tener en cuenta que las emociones de Riley en la película dependen de su contexto biográfico, social y cultural. Como ya mencioné, en la construcción del sentido de identidad de la protagonista se observan valores que son propios de la cultura capitalista norteamericana. Emociones como Vergüenza, Ennui y Envidia no se sienten de la misma forma en todas las culturas, y existen otras emociones que, en jóvenes de la misma edad (13 años) que viven en otros contextos culturales, pueden ser más comunes. La misma ansiedad se puede sentir por razones muy distintas, cuando es vinculada con la incertidumbre y el medio al futuro. Si tan solo Riley se hubiera preocupado por la crisis climática, por ejemplo, quizás hubiera experimentado ecoansiedad, y si hubiera vivido en un lugar sin acceso al agua potable, quizás la ansiedad se hubiera debido a la falta del vital líquido. De la misma manera, desde la primera película pudo haber llamado la atención que Alegría sea delgada con ojos azules mientras Tristeza es chaparrita y de ojos morenos.

Fuente: @catagelemeg

La ciencia de las emociones ha demostrado no solo el papel de las emociones en nuestra evolución, sino su importancia en la toma de decisiones, como parte de la racionalidad.

Aun así, puede incomodarnos hablar o compartir emociones, y hay dificultades a menudo para expresarlas y nombrarlas, por lo que es común confundirnos entre emociones, sensaciones, valores, y otras construcciones cognitivas. En los memes que se difundieron a partir del estreno de la película, por ejemplo, destacan los que muestran “Una nueva emoción” mencionando desde la conciencia de clase o ambiental, al respeto hacia los animales no humanos. Si la conciencia es el resultado de un proceso cognitivo –es muy común en nuestra cultura referirnos a elementos cognitivos más que emocionales– y el respeto es un valor, detrás de estos hay emociones como el “amor hacia otros seres vivientes”, “la admiración hacia las y los defensores de los territorios”, “la compasión hacia quién sufre”, “la indignación frente a las injusticias”, entre muchas otras.

Reconocer, nombrar, y apropiarnos de las emociones que sentimos es importante para conocernos mejor, comprendiendo cómo percibimos el mundo y actuamos, y también para conocer a las demás personas que son parte de nuestra vida. Compartir hasta las emociones más desagradables, como la preocupación, el dolor o el miedo, puede contribuir a combatir emociones como la indiferencia, la resignación y la impotencia, que no se mencionan en las películas a pesar de caracterizar la cultura emocional del sistema capitalista-neoliberal. Intensamente 2 destaca la importancia de todas las emociones y permite hablar de ellas, pero no las contextualiza, ni muestra su construcción, así como no presenta sujetos activos frente a las emociones, quizás por estrategias narrativas, o porque en el fondo es más útil seguir difundiendo la idea de que son las emociones las que nos guían en lugar de hacernos sentir sujetos activos y responsables cuando sentimos, pensamos y actuamos.

Referencias

Cabanas, Edgar e Illouz, Eva (2019). Happycracia: Cómo la ciencia y la industria de la felicidad controlan nuestras vidas. Barcelona: Paidós.

Feldman Barrett, Lisa (2018). La vida secreta del cerebro. Cómo se construyen las emociones. Barcelona: Paidós.

Hochschild Russell, Arlie (2013). La mercantilización de la vida íntima. Apuntes de la casa y el trabajo. Buenos Aires: Katz Editores.

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