* A pesar de que ya no es el motor de desarrollo económico, las concesiones mineras abarcan más de 22 millones de hectáreas de la superficie terrestre en el país
Ciudad de México, 18 de octubre de 2017.- El modelo extractivo de las actividades mineras en México es el detonante de una larga cadena de problemas ambientales y sociales. En el actual sistema de apertura, una infinidad de recursos naturales se ponen a la disposición de las empresas para ser explotados libremente, señaló Francisco Cravioto, integrante de la Alianza Mexicana contra el Fracking.
Lo que realmente se busca es maximizar los beneficios económicos, la naturaleza se considera un objeto puesto al servicio humano. Este sistema abierto es insostenible ya que requiere explotar a seres humanos al igual que a la naturaleza, explicó Cravioto.
Desde la perspectiva de la salud ambiental, existe una preocupación muy seria sobre la actividad minera en el país, ya que ha mostrado consecuencias negativas en el agua, aire, suelo y vegetación. Nos preocupa la calidad y cantidad de agua, ya que en los procesos mineros pueden encontrarse sustancias que rebasen los límites permisibles como el caso de la presencia de metales pesados, mencionó Ana Cecilia Espinosa, académica de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
A pesar de que la producción minera ha aumentado a niveles nunca antes alcanzados, ya no es el motor de desarrollo económico del país. Actualmente, se observa la disminución de proyectos mineros de pequeña y mediana escala y el fortaleciendo a la gran minería, tan solo en julio de 2016 existían en todo el país 25,178 títulos de concesiones mineras que abarcan poco más de 22 millones de hectáreas de la superficie terrestre en el país, expuso Manuel Llano Vázquez Prada, investigador de la iniciativa Carto Crítica.
Una forma de evitar los impactos socioambientales derivados del neoextrativismo (mega minería), es mediante la vía jurídica, a partir del litigio estratégico en un proceso judicial. De esta manera se puede generar un precedente genérico frente a una actividad que es negativa, afirmó Rolando Cañas Moreno, presidente de la Academia de Derecho Ambiental.
Estas reflexiones se llevaron a cabo dentro del Seminario Universitario de Sociedad Medio Ambiente e Instituciones, coordinado por Leticia Merino, Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
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Fotografía de portada: Codelco
Departamento de Difusión del IIS-UNAM