Gerardo Estrada Rodríguez
La publicación de su obra por excelencia: La democracia en México, en 1965, constituyó un parteaguas en la historia de nuestras disciplinas.
La publicación de su obra por excelencia: La democracia en México, en 1965, constituyó un parteaguas en la historia de nuestras disciplinas.
Don Pablo desarrolló una amplia, fructífera e incluso provocadora obra. Fue además fundador de instituciones académicas, promotor de encuentros, diálogos, controversias y sobre todo un generador incansable de obras colectivas.
Don Pablo desarrolló una amplia, fructífera e incluso provocadora obra. Fue además fundador de instituciones académicas, promotor de encuentros, diálogos, controversias y sobre todo un generador incansable de obras colectivas.
El legado y la aportación de Pablo González Casanova al pensamiento crítico de una ciencia social comprometida permanece hasta nuestros días en nuestra Facultad.
Su mirada rebasa lo convencional y rutinario. Presiente los acontecimientos en su contexto y actúa en consecuencia.
El curso de Don Pablo, y la lectura de su obra, también me inspiraron en entender el sentido último y práctico que deben tener las ciencias sociales.
Don Pablo ha sido un impulsor de la vida democrática del país. Su obra refleja la coherencia entre su pensamiento y su actuación en el mundo de las ideas y de las instituciones.
Don Pablo González Casanova es un mexicano íntegro y un eminente universitario, que ha vivido lejos del ruido mediático pero su labor ha dejado una gran huella en la vida de la UNAM y del país. Su aportación a la estructura y funcionamiento de la UNAM es sólida y trascendental. Por un lado, creó el Colegio de Ciencias y Humanidades como un bachillerato enfocado a preparar a los jóvenes en las áreas científicas y humanísticas, y por el otro, estableció el Sistema de Universidad Abierta, el cual ha permitido a la Universidad ampliar la cobertura en todos sus niveles educativos. En el terreno político y social, ha sido un notable defensor de los derechos de los pueblos originarios de nuestro país y es un prominente impulsor del uso del conocimiento emanado de las ciencias sociales para la construcción de una sociedad más justa y democrática en México. Es una enorme alegría poder celebrar sus cien años de vida desde la UNAM.
Indudablemente el legado de Don Pablo González Casanova representa de forma magistral, el verdadero espíritu de la universidad nacional y sus académicos. En estos tiempos de cambio y de creación de un mundo alternativo, es necesario voltear a ver y examinar su obra, repleta de un pensamiento crítico, multidisciplinario, reflexivo y ético. Su trabajo es patrimonio de la humanidad y es senda clara por la cual transitar a un mejor país, buscando siempre las soluciones a través del diálogo entre las ciencias y las humanidades.
Hoy, su ejemplo y compromiso político son faro que iluminan el camino hacia nuevas formas de pensar y ejercer el conocimiento social y técnico, siempre de la mano de la ética y con un profundo amor a México. Es así que su energía nos mueve a saldar deudas añejas como la desigualdad social, al mismo tiempo que avanzamos en la emancipación de los individuos.
Indudablemente el legado de Don Pablo González Casanova representa de forma magistral, el verdadero espíritu de la universidad nacional y sus académicos. En estos tiempos de cambio y de creación de un mundo alternativo, es necesario voltear a ver y examinar su obra, repleta de un pensamiento crítico, multidisciplinario, reflexivo y ético. Su trabajo es patrimonio de la humanidad y es senda clara por la cual transitar a un mejor país, buscando siempre las soluciones a través del diálogo entre las ciencias y las humanidades.
Hoy, su ejemplo y compromiso político son faro que iluminan el camino hacia nuevas formas de pensar y ejercer el conocimiento social y técnico, siempre de la mano de la ética y con un profundo amor a México. Es así que su energía nos mueve a saldar deudas añejas como la desigualdad social, al mismo tiempo que avanzamos en la emancipación de los individuos.
Estimado doctor, heredamos una gran casa de estudios gracias a gente como usted, que con tenacidad la hizo ser grande y fue partícipe de impulsarla a lo que tenemos el día de hoy. ¡Quienes disfrutamos de la gloria de ser universitarios y de habernos graduado de una de las mejores universidades y facultades de medicina del mundo, los llevamos siempre en nuestro corazón azul!
Pablo y su esposa tuvieron una casa de fin de semana en Tepoztlán durante muchos años. Su casa estaba en la parte alta del pueblo y nosotros en el valle. Sin embargo, nos encontrábamos frecuentemente en el centro y me acuerdo de un Pablo siempre sonriente y feliz. Pero la cosa curiosa fue que nuestros números telefónicos eran muy similares. El nuestro terminaba en 0708 y el de ellos en 0807. Constantemente recibíamos llamadas para ellos y ellos para nosotros. No sé si fuera una broma del cosmos, pero era algo sobre lo que siempre nos reímos.”