Aurora Loyo Brambila
El Dr. González Casanova después de una difícil pero fructífera gestión como Rector de la Universidad regresó a la investigación en el IISUNAM. Yo formaba parte de un grupo de becarios que trabajaba bajo su coordinación. Estábamos instalados en el subsuelo del Estadio de CU. Era un sitio oscuro y silencioso, solo para nosotros. Don Pablo tenía un despacho amplio con una mesa para reuniones. Y en esa mesa conocí y practiqué un aspecto fundamental de lo que pomposamente llamamos el ethos académico. Don Pablo convocaba cada dos o tres semanas a un investigador o investigadora muy reconocidos para que presentaran un trabajo. Todos leíamos previamente el texto. En el seminario, Don Pablo, con elegancia y generosidad, daba primero la palabra a cada uno de los becarios. Éramos jóvenes y en ocasiones nos excedíamos con críticas poco sustentadas, expresadas incluso con cierta impertinencia.