Es una verdad de Perogrullo: el poder llama, convierte, transforma, domina, controla los más nobles espíritus. Nuestra historia está llena de almas frágiles que han sucumbido ante tremendo caballero. En los ochenta, el poder logró que Jaime Paz cruzara “ríos de sangre”, que se olvidara de sus mártires, de su pasado, de las horas de tortura y llanto que vivió poco tiempo atrás. Ser presidente era más importante, logró un acuerdo con Banzer y se colgó la tan ansiada medalla.
Fuente: El Deber
Fecha de publicación: 22 de septiembre 2020
Mención: Suárez Suárez Hugo José
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https://eldeber.com.bo/opinion/el-demonio-del-poder_201404
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