El sistema de protección social mexicano reproduce las condiciones de desigualdad

 

* Mayor mercantilización, asistencialismo y disminución del estatismo: características de los programas sociales actuales.

 

México, D.F., 23 de noviembre de 2015.- El régimen de bienestar mexicano está marcado por una segmentación institucional histórica que retroalimenta la desigualdad. En periodos anteriores, el sistema de protección social privilegió a las clases medias, mientras que otros sectores, como los campesinos o los comerciantes informales, fueron relegados a programas asistenciales, señaló Carlos Barba, investigador de la Universidad de Guadalajara, durante su participación en la última sesión del seminario “Las dimensiones de la desigualdad”, coordinado por Cristina Bayón y Lorenza Villa Lever, investigadoras del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

La trayectoria recorrida por el régimen de bienestar en México puede dividirse en tres etapas; la primera correspondiente a la época pos revolucionaria, en la que existió un predominio del aspecto político sobre lo social y se establecieron las bases del clientelismo; la segunda en la que la política social se articuló con la industrialización del país y fueron beneficiados sectores específicos que respaldaban éste proyecto; y la última etapa surgida a raíz de la crisis del 82, marcada por la liberalización económica, en la que se residualizan las políticas y se focaliza a la población beneficiaria, afirmó el investigador.

Una de las características que articuló los primeros periodos fue el bajo nivel de interacción entre las diferentes políticas sociales, lo que posicionó a los asalariados privilegiados en el centro del sistema de beneficios, mientras que los campesinos, los indígenas y los trabajadores informales se encontraron relegados. Este fue el punto de partida de los argumentos ideológicos que respaldaron las actuales reformas que abogan por ampliar la cobertura, sin embargo es importante no confundir la ampliación de cobertura de servicios mínimos con la noción de “universalismo”, la cual implica la ampliación de los derechos sociales, aseveró Carlos Barba.

En este sentido, el doctor Barba señaló que las tendencias seguidas por las políticas sociales actuales apuntan hacia residualizarlas, ya que sus promotores señalan que la política no debe ser obstáculo para el crecimiento del mercado. Asimismo, los pobres pasan a ser el principal sector atendido mediante programas focalizados, que se han convertido en un tipo de “universalismo mínimo”.

Otras de las características del sistema de protección social son, la desaparición del tema del empleo en las políticas sociales actuales, la disminución del estatismo, el aumento del asistencialismo, el aumento de cobertura en servicios básicos y el aumento de su mercantilización. Frente a este panorama, el reto consiste en construir un verdadero Estado de bienestar, tarea que se visualiza muy difícil de realizar en mediano plazo, afirmó el investigador.

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