El Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar la relevancia de este elemento esencial. Esta celebración tiene por objetivo concientizar a la sociedad acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo de Desarrollo Sostenible No 6: “agua y saneamiento para todos antes de 2030”.
Este día también sirve para exponer las problemáticas que existen en torno al agua. De acuerdo con el informe más reciente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) denominado “El estado mundial de la agricultura y la alimentación, 2020”, más del 60 % de las tierras de cultivo de regadío en el mundo se encuentran severamente afectadas por el estrés hídrico, poniendo en riesgo a millones de productores y sus modos de vida, así como a la producción de alimentos para la población mundial (FAO, 2020).
En el caso de México, este mismo informe señala que el 75% de la superficie cultivable irrigable nacional se encuentra bajo condiciones de alto estrés hídrico. Pero, a nivel regional esta situación es incluso más alarmante ya que, como menciona el “Monitor de Sequía de México 2020” elaborado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el estado de Sonora sufre de sequía en más del 90% de su superficie agrícola; por si fuera poco, el año 2020 fue declarado por esta misma comisión como el peor en los últimos 50 años en materia de sequía en ese estado, debido a la falta de lluvias.
En este sentido, el estado de Sonora se ha vuelto el caso de mayor gravedad en el país, ya que dicha escasez de agua pone en entredicho el papel agrícola sobresaliente que tiene la entidad. De hecho, la región está catalogada como una importante fábrica de alimentos y divisas para el país, dado que ocupa el primer lugar en producción de hortalizas, trigo, cártamo, uva de mesa, dátil y espárrago y, además, contribuye con el 12% del total de las exportaciones agropecuarias del país.
Oportunamente, el desarrollo de innovaciones agrícolas se ha convertido en uno de los factores más importantes para la mitigación de la crisis del agua alrededor de las actividades agrícolas. Distintas innovaciones tecnológicas y sociales han sido creadas, adaptadas e incorporadas para cada uno de los diferentes aspectos que abarcan las labores agrícolas (pre-siembra, siembra o plantación, manejo o mantenimiento del cultivo, poda, riego, fertilización, cosecha o trillado, comercialización y distribución), con el fin específico de que los productores sonorenses alcancen una mayor productividad hídrica y enfrenten dicho riesgo ambiental.
Por ejemplo, según los propios productores, los sistemas de riego por goteo han sido una de las innovaciones tecnológicas más visibles e importantes, en gran parte, porque con la tecnificación de riego se puede reducir 60 % del agua usada en el campo agrícola y duplicar la producción. En materia de las innovaciones sociales, surgió un nuevo enfoque social sobre el uso eficiente del agua, reflejado en nuevas prácticas, roles, toma de decisiones y formas de organización.
A manera de conclusión general y debido a que sólo un porcentaje menor del país se encuentra libre de sequía, sostenemos que en el corto plazo debe impulsarse una estrategia agrícola que refuerce el desarrollo de las innovaciones agrícolas relacionadas con la mitigación de la crisis hídrica, y que ataque las causas, no sólo los efectos de la profunda crisis hídrica; lo anterior requeriría la generalización de la tecnificación en las labores agrícolas, especialmente en los cultivos que aún presentan rezagos importantes en su eficiencia hídrica. Además, que se impulse también una nueva política de gestión del aprovechamiento y usufructo del agua de riego de carácter más sustentable y democrática con el fin de alcanzar la sostenibilidad hídrica.
Para la aplicación de esta estrategia es necesario, por supuesto, un cambio en la correlación de fuerzas a favor de la democratización de las relaciones de propiedad y aprovechamiento del agua en el campo mexicano (relacionadas con la estructura latifundio-minifundista). Finalmente, frente a los problemas hídricos que se manifiestan principalmente en la escasez y sobreexplotación del agua, es necesario fomentar prácticas agroecológicas que aumenten la productividad sin dañar a la naturaleza ni a la población.
Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM