Al día siguiente de la victoria de Trump, 900 jóvenes DACA dejaron la escuela para ir a trabajar
Una sensación de miedo, desilusión e incertidumbre es lo que impera entre los jóvenes que se acogieron al programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés), ante las amenazas del presidente Trump sobre suspender el programa y terminar con la protección que este les proporciona, afirmó Magdalena Barros Nock, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS-DF).
El programa DACA, que fue decretado por el presidente Obama en 2012, es un amparo temporal para personas que llegaron a territorio estadounidense siendo niños y que los protege contra la deportación, además de darles acceso a educación superior gratuita, número de seguridad social y permiso para trabajar de forma legal en el país.
“Estados como Florida o Washington, con políticas más incluyentes acogieron el DACA y realmente ayudó a los jóvenes a conseguir mejores oportunidades, principalmente en acceder a la educación universitaria. En cambio, estados históricamente más conservadores como Texas han sido mucho más restrictivos en la forma en que se aplica el programa, ahí los jóvenes se enfocaron en usar el permiso para poner negocios y de esta forma ayudar a sus familias”, expresó Barros Nock.
Ante el triunfo del presidente Donald Trump y el discurso de terminar con el DACA, el futuro del programa es incierto y el miedo se ha ido apoderando de todos aquellos jóvenes que forman parte de él. “Al día siguiente de la victoria de Trump, 900 jóvenes DACA dejaron de ir a la escuela y prefirieron ponerse a trabajar, prepararse para los malos tiempos que se avecinaban”, explicó la investigadora.
El trato que reciben los jóvenes DACA en los centros de trabajo cambió radicalmente después del triunfo de Trump. En los testimonios recogidos por la investigadora, los jóvenes afirman que sus jefes constantemente preguntan por el estatus de su documentación, asimismo, expresaron el florecimiento de actitudes discriminatorias de sus jefes hacia ellos, “estos jóvenes saben que al terminar su periodo de DACA serán despedidos, recalcó Barros Nock.
Durante la administración Obama, “se decía que eran estudiantes, universitarios y que esto contribuía al desarrollo del país. Ahora con la llegada de Trump se menciona que es un programa que cuesta mucho al gobierno y que sale de los impuestos de la gente”, refirió la investigadora.
Muchos jóvenes DACA son padres, cuyos hijos han nacido en territorio estadounidense, “tienen pavor a que se termine el programa, a que sean deportados y sus hijos se queden a su suerte”, tal como sucedió con los hijos de migrantes centroamericanos, donde las familias fueron separadas sin importar el destino de los menores.
La ponencia de Magdalena Barros Nock se realizó el 18 de octubre en el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el marco del Seminario Permanente de Investigación sobre Migración México-Canadá-Estados Unidos, coordinado por Sara María Lara y Martha Judith Sánchez, investigadoras del IIS-UNAM.
Fotografías del evento
Video del evento
Prestador de servicio social en el Departamento de Difusión del IIS-UNAM (septiembre 2018-abril 2019)