Fotografía: Presidencia de la República Mexicana

El régimen actual de control de drogas ha fracasado en los objetivos que se había planteado

Nos encontramos ante situaciones graves y decisivas que ponen en peligro el desarrollo de nuestro país. Y no solo en un contexto económico y político, si no también social.

“El régimen actual de control de drogas ha producido más maleficios qué beneficios, y ha fracasado en los objetivos que se había planteado, es decir no tenemos una disminución en el consumo de sustancias ilícitas, peor aún no solo estas han aumentado, si no que han aumentado el número de sustancias desconocidas y más dañinas”, afirmó Edgar Guerra investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

La estrategia que muchos Estados implementaron para hacer frente al tema de las drogas, es la la de militarización y de combate frontal mediante el uso de las fuerzas armadas. Dicha estrategia ha producido efectos como la evolución y la fragmentación de las organizaciones criminales, el lavado de dinero, la violencia a un nivel brutal, entre otros, expresó el investigador.

Algunos Estados o comunidades comienzan un proceso de organización social para responder de una u otra manera a esta estrategia de militarización, a veces formando movimientos que buscan reformar la política de drogas y otras creando movimientos que reaccionan a la violencia criminal, señaló Guerra.

Por su parte, Paulino E. Arellanes Jiménez, investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), expresó que las empresas transnacionales han logrado ir consolidando y ampliando su creciente dominio, gracias al avance de los procesos de globalización económica y la expansión de las políticas neoliberales.

Las enormes ganancias acumuladas por las empresas transnacionales tienen su origen en los mecanismos de extracción y apropiación de la riqueza económica que están en la base del funcionamiento del capitalismo, afirmó el investigador, y reiteró que, la crisis capitalista en la que hoy vivimos no ha hecho sino reforzar el papel económico y la capacidad de influencia política de las grandes corporaciones.

Estas reflexiones se llevaron a cabo durante el seminario “La Crisis, el poder y los movimientos sociales en el mundo global”, coordinado por Javier Aguilar García, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

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