* Las características polisémicas de las imágenes fotográficas permiten que las personas le otorguen un significado propio

Ciudad de México, 10 de marzo 2017.- La fotografía posee una dimensión simbólica que permite realizar múltiples lecturas e interpretaciones de ésta, mencionó Alberto del Castillo Troncoso, investigador del Instituto Dr. José María Luis Mora, durante su participación en el Seminario Historia del Tiempo Presente, coordinado por Eugenia Allier Montaño, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

La fotografía por sí sola no nos dice nada, no es reflejo de la realidad, es necesario otorgarle un contexto para que tenga relevancia y pueda ser utilizada. Al cumplir con esta condición, se convierte en un documento que puede ser empleado como fuente de consulta, comentó Alberto del Castillo.

Cuando una fotografía se ve enmarcada en un proceso de investigación, se utiliza como una forma de narración, por eso la importancia de generar un archivo que pueda ocuparse como un referente histórico, comentó el investigador, y reiteró que, de esta forma, se estaría dando paso a la creación de la memoria a través del retrato.
Un ejemplo de esto se observa en lo ocurrido a partir de las protestas estudiantiles de 1968 en México, afirmó el académico, suceso que cambió el paradigma que otorga valor a la fotografía inmersa en un proceso social. La coyuntura del momento se conoce hoy en día gracias a la narración que hay a través de la fotografía, comentó Alberto del Castillo.

Conforme avanza el tiempo, la construcción de la memoria histórica ha sufrido muchas modificaciones por la aparición de diferentes versiones y narrativas, aseveró el académico. En este sentido, las características polisémicas de la imagen permiten que las personas le otorguen un significado propio.

En la actualidad, el fotoperiodismo es de gran importancia y ha logrado combatir la represión a la que estaba sujeto en el pasado, señaló Alberto del Castillo. La forma de expresarse a través de la fotografía aporta mucho a la construcción de la historia mexicana, siempre y cuando la imagen fotográfica sea concebida como documento de consulta.

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