La globalización y sus consecuencias en la salud

El proceso de aculturación en Jamaica impacta la alimentación de los jóvenes

 

 

Por: Edit Mendoza Pérez

Ciudad de México, 17 de mayo del 2016.- El fenómeno de aculturación, que se refiere a la alteración de las prácticas culturales tradicionales de una región, no afecta exclusivamente a las personas que viajan de un país a otro o que tienen contacto con personas de una cultura distinta a la suya. Existe una aculturación remota y todos estamos expuestos a ella, afirmó Gail Ferguson, investigadora de la University of Illinois Urbana-Champaign.

Durante su participación en las “Conferencias de Intercambio Académico”, coordinadas por Francisco José Trigo Tavera, Coordinador de Relaciones y Asuntos Internacionales de la UNAM, y Manuel Perló, Director del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Ferguson mostró que los jamaiquinos, y no sólo los migrantes, están siendo influenciados por la cultura estadounidense a través de productos, ideas y, sobre todo, la televisión.

Existe, afirmó Ferguson, una relación directa entre el consumo mediático de contenido estadounidense y la ingesta de comida no saludable de los jamaiquinos. No obstante, afirmó la investigadora, la manera en que afecta a las familias es diferente, por ejemplo, es más común que las madres tengan mayor influencia en las hijas, mientras que en el caso de los hijos, se revierte el papel.

Por su parte, Angela Wiley, investigadora de la University of Illinois Urbana-Champaign, señaló que los hábitos alimenticios de las familias latinas pueden influenciar en distintos aspectos de la vida de sus integrantes. Interesada, no sólo en el aspecto de la salud sino en todo un ambiente de bienestar dentro de las familias, la académica enfoca sus estudios en el “Family Meal Enviroment” o ambiente de comidas familiares.

Una de las hipótesis de la investigación presentada por la académica era que el compartir comidas podría mejorar la calidad de los hábitos alimenticios de las familias hispanas, pero no fue así. Wiley encontró que el hecho de que la familia se sentara a comer al mismo tiempo no genera cambios importantes.

Entre otras cosas, la investigación arrojó que tanto el género de los integrantes como la calidad de estas comidas, importan. Los comportamientos en materia del cuidado de la salud así como los esfuerzos de educación y prevención, tienen sus raíces en los grupos familiares, finalizó la investigadora.

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