La pandemia y las desigualdades sociales

Por Rene A. Jiménez Ornelas y Dalia Reyes García

Hemos cumplido ya un año de pandemia, y difícilmente alguien imaginó todo lo que se suscitaría en torno a ella. Durante uno de los años más difíciles para el mundo, hemos sido testigos de decesos, pérdidas de empleo, cierres de negocios y todo tipo de situaciones que han puesto en jaque a las diferentes economías a nivel global.

En nuestro país, la pandemia no “nos cayó como anillo al dedo”, todo lo contrario, vino a demostrar que tenemos muchas debilidades sociales, políticas, económicas y desde luego, de salud. Si bien es cierto que a la fecha experimentamos una etapa completamente diferente, en donde el semáforo epidemiológico nos sugiere que “estamos próximos a salir de esta”, pues 8 de los estados ya están en verde (a reserva de lo que eso signifique) y 19 están en vísperas de estarlo, nos queda claro que la pandemia nunca se domó, sino que existe una necesidad urgente por reactivar el sistema económico.

En México, 6 de cada 10 trabajadores se encuentran en el sector informal, es decir, no cuentan con las garantías de sus derechos laborales como vacaciones, aguinaldo o acceso a instituciones de salud. Principalmente este último, ha contribuido a robustecer el alto número de defunciones que se han presentado en nuestro país por COVID-19, pues en varias regiones, la cobertura de hospitales de salud pública ya desde antes era insuficiente.

En México, cada uno vive su propia pandemia”, -señala David, un comerciante que no ha parado de trabajar ni un solo día desde que empezó el confinamiento-, “No es por gusto, sino por necesidad”, -reitera-. Y si, todos hemos vivido una pandemia diferente, pues hay quienes han podido trabajar desde su hogar y cuyo reto más grande ha sido “adaptarse al home office”. También están todos aquellos que enfermaron y pudieron atenderse en un sistema de salud privado y los que no tuvieron ni un recurso para sobrellevar los gastos mínimos que podía demandar el sector de salud público, están los alumnos que pudieron sin problemas tomar clases virtuales y aquellos que han perdido casi el año por no poder contar con un dispositivo o internet. Todo eso sucede en un mismo país, en un mismo estado, en una misma colonia y con esto no estamos demeritando las acciones de unos sobre otros, sino que ponemos en la mesa que la igualdad no es ni será lo mismo que la equidad.

Una gran mayoría esperaba el 2021, era como pensar que a las 0:01 del 1 de enero algo sería diferente o al menos no igual al 2020, hoy llevamos ya una tercera parte del año y seguimos a la espera de volver a la cotidianeidad a la que estábamos acostumbrados, la vacuna parece ser la luz al final del túnel y los más afortunados podrán no esperar su turno e ir a otro país a conseguirla, porque pueden hacerlo, los menos tendrán que esperar.

Todo lo anterior y más sucede en nuestro país y vale la pena señalar que antes de “volver a la normalidad” conviene hacer un diagnóstico de todos los estragos que nos han dejado la pandemia, pues no será sencillo salir de este bache y claro, habrá quienes digan que es solo una situación pasajera, momentánea, de “ahorita”, solo que el “ahorita” de los mexicanos, nunca refiere a un tiempo específico, podrían ser días, meses e incluso años, y lo que necesitamos son políticas sociales integrales, ya.

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