* El concepto de producción social del hábitat reconoce los saberes populares y la capacidad de la gente para autoorganizarse
Ciudad de México, 25 de mayo de 2017.- Durante los sexenios del Partido Acción Nacional, en México se aceleró la producción de vivienda social en manos de cinco empresas desarrolladoras, las cuales construyeron masivamente complejos habitacionales con estándares iguales, dimensiones mínimas, materiales de mala calidad y ubicaciones desvinculadas de los centros urbanos, afirmó Pierre Arnold, investigador de Hábitat en Movimiento.
El único fin de dicho proceso fue lucrativo y electoral, lo que provocó la desarticulación total entre la vivienda y la planificación territorial, aseveró el urbanista. La gente que adquirió estas viviendas se queda prisionera en los conjuntos habitacionales o los abandona perdiendo su inversión, reiteró.
Ante esta situación, el Infonavit vende paquetes de vivienda abandonada a desarrolladores privados que las rehabilitan y las ponen a la venta una vez mas, lo que no ha resuelto la problemática, pero genera ganancias de al rededor del 20 por ciento para los desarrolladores, señaló Arnold.
Frente a este contexto, existe un movimiento de producir socialmente un espacio mas habitable desde procesos de solidaridad y ayuda mutua. Aún en espacios individualizantes, se identifican procesos de acción colectiva, afirmó Jerónimo Díaz, colaborador de la Coalición Internacional para el Hábitat, América Latina.
El concepto de producción social del hábitat reconoce los saberes populares y la capacidad de la gente para autoorganizarse. Desde este paradigma, se identifican experiencias en America Latina que muestran que la propiedad individual no es la única forma de gestionar el suelo urbano, señaló Arnold.
En Uruguay, Brasil, Puerto Rico y México, organizaciones y cooperativas han demostrado la viabilidad de procesos de producción de vivienda y mejoramiento del entorno urbano desde diversas modalidades de gestión, como la propiedad colectiva, el alquiler de suelo publico, o la tenencia colectiva. Asimismo, en Uruguay, Brasil, Paraguay, El Salvador y Nicaragua, entre otros países, incluso existen políticas públicas nacionales que financian la autogestión en la producción social del hábitat, aseveró el urbanista.
Por su parte, Enrique Ortiz Flores, expresidente de la Coalición Internacional para el Hábitat, afirmó que el sistema ha convertido a las ciudades en un paraíso de la especulación, en la ciudad se están expulsando a los sectores populares. Frente a este fenómeno, la producción social del hábitat es una herramienta de cambio social profundo ya que posiciona a la gente como sujeto de su propia transformación.
Estas reflexiones se llevaron a cabo como parte del “Curso de producción y gestión social del hábitat”, impartido por Pierre Arnold del 22 al 25 de mayo en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM (IIS-UNAM).
El curso, coordinado por Margarita Camarena Luhrs, investigadora del IIS-UNAM, y Héctor Quiróz, coordinador del Posgrado en Urbanismo de la UNAM, reunió a académicos, estudiantes e integrantes de asociaciones civiles y organizaciones sociales del país.
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Fotografía de portada: La coperacha
Técnico Académico del Departamento de Difusión del IIS-UNAM | cabrera@sociales.unam.mx