Nacionalismo voluntarista: discurso de la Cuarta Transformación

El discurso nacionalista es fundamental en todo gobierno pues sirve para exaltar y legitimar el tipo de políticas públicas promulgadas por el Estado. La denominada Cuarta Transformación es el discurso central del mandato de Andrés Manuel López Obrador, refiere a un periodo histórico que sucede, en importancia, a la Independencia, la Guerra de Reforma y la Revolución, explicó Fernando Vizcaíno, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),y agregó que, el nacionalismo en México regresó como parte de una ola nacionalista mundial.

Promesa utópica en la Cuarta Transformación

El sentido titánico, reiterativo y vacilante que le otorga Andrés Manuel López Obrador a su propio discurso suscita un nacionalismo muy voluntarista. “Es un político sumamente inteligente, por esa razón es necesario estar alerta a los márgenes de maniobra que se brinda, convenientemente, en sus contradicciones y ambigüedades”, comentó Jorge Márquez López, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

De su discurso de toma de posesión, dijo el investigador, destaca; la doctrina de política exterior, la referencia a lo extranjero, y las decisiones administrativas, pero siempre desde una postura confusa, en nombre de la nación. El presidente recalca que están construyendo el presente y el futuro de México, donde no exista la corrupción, el ejército es bueno y la mafia del poder se transforma, es decir, un panorama utópico de abundancia. Según su lógica, “tenemos recursos, tenemos un buen pueblo, no somos ricos porque nos robaron”, reflexionó el académico.

La raza de bronce, no del todo, no para todos

La raza cósmica— ensayo escrito por José Vasconcelos, publicado en 1925— es el mito fundacional mestizo latinoamericano más trascendental, según el cual una quinta raza surge de la mezcla de otras cuatro, la europea, la indígena, la negra y la oriental. Este concepto marcó un parteaguas en la conformación del nacionalismo mexicano, pues, a diferencia de prácticamente todos los nacionalismos del mundo, establece que la nación mexicana es resultado de la mezcla entre indígenas y españoles durante la colonia. En otras palabras, no solo es reciente sino que, además, no se basa en la pureza de un grupo original, explicó Henio Hoyo, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Los mitos fundacionales nacionales establecen una comunidad de origen y destino, un pasado y futuro común, que en una comunidad mestiza como la mexicana, se podrían traducir en superar todas las diferencias raciales que existen en México y apegarse al pasado mestizo. Los mitos también guían el presente mediante las políticas públicas, en materia de educación, por ejemplo, desde el jardín de niños se enseñan los símbolos nacionales. “Sobre todo, se busca homogeneizar el imaginario sobre lo que se entiende como mexicanidad”, continuó el investigador.

De acuerdo a la visión de Vasconcelos, ser miembros de la raza de bronce— como también se le conoce a la raza cósmica— devendría en políticas favorables hacia los demás integrantes, sin embargo, el convencimiento de ser parte de la raza de bronce, en relación a aceptar a otros latinoamericanos, no se cumple del todo y, sobretodo, no para todos. Las investigaciones del CIDE muestran que, para las personas entrevistadas, la identidad mexicana es respetar los símbolos patrios, hablar bien español, defender en caso de guerra, pagar impuestos, ser católico, y no apoyar a EUA, se sienten latinoamericanos y ciudadanos del mundo, pero en relación a sus semejantes centroamericanos, sienten una profunda aversión que crece a causa de las crisis migratorias, por lo que consideran necesarias medidas más duras contra ellos.

Estas reflexiones se llevaron a cabo durante la mesa redonda Nacionalismo y Política en la cuarta transformación, coordinada por Fernando Vizcaíno como parte del ciclo de mesas redondas Temas actuales de la sociedad mexicana. El evento se realizó el 12 de septiembre en la Casa de las Humanidades de la UNAM.

Fotografías del evento