La dolarización, la migración y los cambios políticos, han generado transformaciones en la identidad de los grupos indígenas ecuatorianos
Ecuador es un pequeño país ubicado en el norte de Sudamérica que durante gran parte del siglo XX logró vivir en paz. Sin embargo, enfrentamientos violentos como los vividos en las calles de varias ciudades ecuatorianas durante 2019 y 2022 muestran que algo cambió en aquella nación, sin que hasta el momento exista una explicación clara. Según la investigadora Gabriela Bernal Carrera, de la Universidad Central de Ecuador, la respuesta está en la incomprensión de los mundos indígenas en este país.
Un poco de contexto
Ecuador, como otros países latinoamericanos, es un país marcado por la presencia de distintos grupos indígenas que desde el periodo colonial han sido sistemáticamente discriminados. Esta situación se ha mantenido hasta nuestros días, a pesar de los múltiples logros que el movimiento político indígena ha conseguido desde mediados del siglo XX, explicó la académica.
La razón de esto es que en la sociedad ecuatoriana el racismo contra las poblaciones originarias se encuentra fuertemente asentado en el ámbito privado y moral. Desde la casa, la sociedad ha aprendido e interiorizado mensajes que presentan lo indígena como algo moralmente inferior, homogéneo y atrasado, señaló Bernal.
Esta situación se refleja en datos alarmantes. Antes de la pandemia por la COVID-19, por ejemplo, los intentos de suicidio entre adolescentes fueron de un 15% entre población indígena frente al 7% de la población general, afirmó la investigadora, y agregó que, a este contexto hay que sumar el efecto de las redes sociales, puesto que antes de las redes sociales el racismo se había mantenido dentro de la esfera de lo privado/doméstico, sin embargo, estas plataformas han posibilitado su expresión en un ámbito más amplio.
El siglo XXI y los cambios en Ecuador
La continua presencia del racismo en Ecuador hacia los grupos indígenas ha limitado la capacidad de comprender los cambios que dichos grupos han sufrido a lo largo del siglo XXI y que se encuentran en la base de las movilizaciones y levantamientos indígenas en ese país, explicó Bernal.
Los cambios que comenzaron a gestarse con la dolarización de la economía ecuatoriana a principios del siglo XXI generaron una transformación radical para las comunidades indígenas, pues significó la pérdida de rentabilidad del trabajo agrícola que tradicionalmente realizaban, señaló la académica, y agregó que, como consecuencia muchos miembros de las comunidades pasaron al sector comercial.
También es importante señalar los procesos migratorios ocurridos tras la dolarización de la economía. La falta de oportunidades obligó a parte de la población indígena rural a trasladarse a las ciudades, donde su identidad tuvo que reconfigurarse, afirmó Bernal.
Paralelo a estos cambios, en el orden político, la promulgación de dos Constituciones, una en 1998 y otra en 2008, modificaron de manera completa la relación del Estado con los grupos indígenas, expresó la investigadora, y reiteró que, estos cambios generaron nuevos espacios de gestión del poder a nivel local.
Identidades indígenas en transformación
Dolarización, migración y cambios políticos, generaron transformaciones en la identidad de los grupos indígenas, siendo uno de los más notorios, la aparición de una nueva narrativa de lo que es ser indígena en el siglo XXI. Este proceso también ha sido potenciado por las redes sociales y la difusión de imágenes de individuos que se reconocen como indígenas desde una perspectiva moderna, señaló Bernal.
La difusión de identidades indígenas modernas ha chocado con la imagen tradicional que los medios de comunicación y las élites suelen tener sobre este sector de la población. El desfase incluso alcanza a la representación del cuerpo indígena, el cual ahora ha sido trasformado por los propios individuos indígenas, expresó la investigadora.
Este cuerpo indígena recuperado y en resistencia tras los cambios ocurridos durante el siglo XXI en Ecuador se ha vuelto tangible en las mingas, las asambleas, el Inti Raymi y los levantamientos. Esto supone también un enfrentamiento dentro de sus propias comunidades y también de cara al espacio, al Estado y a la sociedad nacional, concluyó Gabriela Bernal.
La sesión 4 del Seminario Permanente Nacionalismos y Racismos, coordinado por Natividad Gutiérrez Chong, Fernando Vizcaíno y Bruno Miranda, investigadora e investigadores del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, tuvo lugar de manera virtual el 24 de noviembre de 2022.
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Técnico Académico del Departamento de Difusión del IIS-UNAM | alberto.trejo@sociales.unam.mx