* El fenómeno religioso se genera a partir de intercambios de diversidad espiritual

Ciudad de México, 23 de febrero de 2017.– La multirreligiosidad no significa sincretismo, ni debe confundirse con el pluralismo religioso, implica que el individuo se apropia de elementos y prácticas de diferentes religiones, con lo cual refuerza su pertenencia y adscripción a una religión determinada, afirmó Daniel Gutiérrez Martínez, investigador del Colegio Mexiquense.

Durante su participación en el Laboratorio de observación del fenómeno religioso en la sociedad contemporánea, coordinado por Hugo José Suárez, Fernando González y Karina Bárcenas, investigadores del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y Cecilia Delgado, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Daniel Gutiérrez afirmó que a diferencia de la multirreligiosidad, el pluralismo religioso se refiere al reconocimiento político hacia la coexistencia de diversidad religiosa.

La definición de religión en América Latina está asociada a contextos occidentales, al monoteísmo y a los fenómenos de la creencia y la espiritualidad, cuyos límites son la pertenencia a una iglesia, el reconocimiento de un dios y una creencia acerca de la forma de vivir y lo que pueden esperar los creyentes después de su muerte, explicó el investigador.

Al pensar la religión desde su raíz, el “homocredus” nos deja ver que no hay conformación religiosa, en realidad existe un intercambio de diversidad espiritual, por ejemplo, la conformación de la religión judía, la cristiana y el islam se configuraron a partir de una transfiguración de elementos de diferentes contextos religiosos, aseveró el académico.

Gutiérrez presentó una investigación en la cual, a partir del empleo de técnicas etnográficas, confirmó dos postulados; que el fenómeno religioso está saturado de cambios de diversidad; y que no hay nuevos movimientos religiosos, aunque si hay formismos, no hay nuevas estructuras de creencia, concluyó el investigador.

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