* Investigadores analizaron las implicaciones sociales, políticas y culturales de la visita del Papa a México.
México, D.F., 11 de febrero de 2016.- El Papa Francisco llega a México en medio de una complicada situación de violencia y descontento social. Su visita ha generado una amplia expectativa alimentada y capitalizada por los medios masivos de comunicación, por lo que el análisis de las repercusiones desde la academia no puede estar ausente, señaló Manuel Perló, director del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM (IIS-UNAM), durante la presentación de la mesa redonda “El Papa Francisco. Su personalidad, su pensamiento y su visita a México”.
Carisma y poder del Papa
La celebridad carismática de Papa se debe a que su figura encarna las aspiraciones de cambio dentro y fuera de la Iglesia, una imagen que depende fundamentalmente del reconocimiento social, proceso en el que los medios de comunicación juegan un papel fundamental, afirmó Gilberto Giménez, investigador del IIS-UNAM. Sin embargo su carisma opera diferencialmente según los distintos estratos sociales y los contextos geográficos, mientras que en Argentina es un ídolo de masa, en Estados Unidos se le considera un personaje investido de gran autoridad moral, señaló el investigador.
En este sentido, Roberto Blancarte, investigador de El Colegio de México, afirmó que el enorme poder simbólico del Papa proviene de tres ámbitos; su autoridad moral, el poder otorgado por los medios de comunicación y el poder conferido por las autoridades políticas.
Creyentes diversos
Además de la complicada situación social, el país que visita el Papa ha experimentado importantes transformaciones en materia religiosa, México sigue siendo altamente religioso pero se han diversificado las formas de creer de las personas, señaló Hugo José Suárez, investigador del IIS-UNAM. Y afirmó que esta diversidad tiene importantes variaciones dependiendo de la edad de los creyentes y la región del país.
Su visita y el poder político
A diferencia de las visitas oficiales de otros mandatarios, las atribuciones del Papa Francisco le permiten operar como, estadista, mediador geopolítico, cabeza de la Iglesia y líder moral, señaló Fernando González, investigador del IIS-UNAM. En este sentido, el Estado mexicano se pliega a su lógica y deja que hable un triple discurso compuesto por palabras generales (paz, justicia, derechos humanos), situaciones acotadas (migración o corrupción) y, si se presenta el caso, señalamientos más específicos que generan la expectativa de “¿a quién va a regañar?”, señaló el académico.
Los políticos no saben como tratar a los pontífices “no saben si guardar distancia o abrazar al invitado”, afirmó Roberto Blancarte, situación favorecida por la Santa Sede que tiene la costumbre de mezclar la religión y la política. En este sentido el Papa termina por ser empoderado por medios y políticos, poder que no se le otorga a ningún otro personaje, afirmó el investigador.
Sin embargo, la excesiva propaganda mediática puede perjudicar al Pontífice, su visita se torna muy comprometida ya que tiene que satisfacer diversas expectativas y afrontar su compromiso con el poder político, su compromiso pastoral y dar un mensaje a la población, señaló Marta Eugenia García, investigadora del IIS-UNAM.
El Papa y la institución católica
La Iglesia católica experimenta en la actualidad una pérdida del monopolio del sentido religioso, lo cual se observa con el descenso de la población católica en el país, señaló Hugo José Suárez. Asimismo, dentro del catolicismo existe un desfase entre los mandatos doctrinales, las practicas de los fieles y la moral sexual, señaló el académico.
Por otro lado existen violentas problemáticas dentro de la institución católica que son desvinculadas de la figura papal. Estos conflictos institucionales tienen episodios en México como el caso de la pederastia, el estigma sobre la homosexualidad y las relaciones discrecionales con el gobierno mexicano, afirmó Fernando González.
Frente a este panorama institucional, los académicos coincidieron en que, a pesar de su imagen reformista, las posibilidades de cambio que tiene el Papa dentro de la Iglesia son muy limitadas. El gran problema que enfrentará la Iglesia es que tarde o temprano se desmorone la imagen de Francisco, al constatar que nada ha cambiado, afirmó Gilberto Giménez.
Técnico Académico del Departamento de Difusión del IIS-UNAM | cabrera@sociales.unam.mx