De niño fue un mal estudiante. Su padre lo envió a un taller de carpintería. El duro trabajo lo devolvió a los libros. Aprendió a boxear para defenderse de un acosador y, gracias a un tío militar, el arte de la esgrima. Todos estos datos, acaso poco conocidos, fueron puestos en la mesa en un homenaje a Pablo González Casanova, en ocasión de sus cien años de vida.
Fecha: 15 de noviembre de 2022
Periódico:La Jornada
Mención: Pablo González Casanova
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