Marcos Cuevas Perús habló sobre las condiciones de la mano de obra en la región
Ciudad de México, 12 de mayo de 2016.- Se llevó a cabo la mesa redonda “Renta, ganancia y trabajo en América Latina”, en la que participó como ponente Marcos Cuevas Perús, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM (IIS-UNAM), y Fabián Salabarría, del Posgrado en Economía de la UNAM, como comentarista. El evento formó parte del ciclo de mesas redondas Temas Actuales de la Sociedad Mexicana, coordinado por Sara Gordon Rapoport, investigadora del IIS-UNAM.
Cuevas Perús exploró cómo se utiliza la fuerza productiva en México y América Latina. Señaló que hay un desinterés por parte de las clases dominantes hacia la mano de obra en América Latina, el cual se ve reflejado en la falta de formación y capacitación, así como inversión en educación, ciencia y tecnología, que se sitúa por debajo de los estándares mundiales.
El investigador afirmó que, más que un uso, las clases dominantes incurre en un abuso de la fuerza de trabajo, cuando aumenta la jornada de trabajo en hasta 12 o 15 horas, como en el caso de Guatemala.
La otra condición precaria que enfrentan los trabajadores es percibir un pago que se encuentra por debajo de su valor, práctica que sólo beneficia a la oligarquía terrateniente en el aumento de su excedente. La situación, desde el punto de vista del académico, es la de perpetuar la situación de este tipo de fuerza de trabajo, sin vista a mejorar sus condiciones.
Por otro lado, criticó que, a pesar del fuerte discurso progresista del capitalismo, la realidad es que las clases dominantes están poco interesadas en invertir. Es el caso de México, opinó el académico, donde al presentarse un excedente, se prefiere no invertirlo o sacarlo del país, como se pudo evidenciar en el escándalo de los Panama Papers.
La parte de ganancia no se invierte ni se acumula, sino que se utiliza como renta, se gasta. La tendencia en los países de mano de obra barata y recursos naturales, afirmó el especialista, es que este excedente no se convierte en una ganancia que se vuelva a invertir, sino que se transforma en renta. De ahí parte el interés de las clases socioeconómicas altas por el control político, aseguró.
Estos hechos aumentan la falta de continuidad de los procesos históricos, que se dirigen, por el contrario, hacia graves retrocesos. El resultado es una mentalidad sin voluntad de progreso, que es visible y se pone en práctica en el comienzo de cada administración federal, donde cada presidente empieza desde cero y no continúa con los proyectos de su antecesor, señaló el investigador.
Becario de Difusión del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.